Pisqueros Ilustres: Semblanza José Santo Chocano
Encarcelado como revolucionario a los veinte años de edad ejerció luego funciones diplomáticas en Colombia y en España, fue ministro y consejero de Pancho Villa en México y hombre de confianza de Estrada Cabrera en Guatemala. Caído el dictador guatemalteco, el poeta, acusado de haber bombardeado la capital y condenado a muerte, se salvó por la intervención de diversos gobiernos.
Vuelto a su país y amparado en la protección del dictador Leguía, la soberbia y violencia de su carácter le hicieron disputar con el periodista Edwin Elmore, contra quien disparó su pistola en el edificio del diario El Comercio; Elmore murió a consecuencia del disparo y José Santos Chocano mereció la cárcel y el repudio universal; amnistiado pasó a Chile, y en Santiago, en un tranvía un desequilibrado segó con su puñal la vida de este aventurero, hombre soberbio y lírico ampuloso, que quiso ser el poeta de América y el cantor viril de su raza.
La bibliografía de Santos Chocano es muy amplia y su fijación definitiva es todavía una tarea pendiente; sin embargo no pueden dejar de mencionarse Iras santas (1895), En la aldea (1895), El derrumbe (1899), La epopeya del morro (1899), El canto del siglo (1901), Los cantos del Pacífico (1904), Alma América (1906), Fiat Lux! (1908), Selva virgen (1909), Poemas del amor doliente (1937) y Oro de Indias (1939).
Caudillo modernista y poeta épico, no fue con total rigor épico ni modernista: tuvo, eso sí, las características exteriores de la épica y el modernismo sobre todo con esa grandilocuencia de cantor clamoroso que encontramos en algunos románticos y neoclásicos, y que caracterizó la poesía del mexicano Díaz Mirón, uno de los modelos de Chocano. Su poesía se articula a partir de dos ejes centrales: una profunda egolatría y el tratamiento preferentemente de temas alusivos al continente.