Año II. Edición Nº 22.  -   Setiembre del 2008    

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   Pisco en el mundo  


Sin invitación para los Juegos Beinjing

La noche en que Beijing fue escogida sede de los Juegos Olímpicos de 2008, Martín Salazar destapó la última botella de pisco que le quedaba de su más reciente visita a Perú. 
Una botella de pisco es un lujo excepcional al otro lado del mundo, pero era la ocasión que esperaba desde hacia meses. 

La fiesta fue larga y emotiva, no sólo para él sino para los 13 millones de habitantes de la capital china, que celebraron durante varios días sin imaginarse que los Juegos, además de alegría, traerían más de un dolor de cabeza. 

Martín no había superado la resaca de aquella fiesta cuando empezaron los trabajos por toda la ciudad. Cuarenta y tres billones de dólares se encargaron de que el cambio fuera contundente. 
Era imposible ignorar los cientos de grúas que por todas partes levantaban edificios, así como las interminables hileras de latas azules detrás de las cuales se construía una ciudad completamente diferente.

El tráfico en Beijing se convirtió en un riguroso ejercicio de paciencia, y aunque cada trancón le removía un poco de espíritu olímpico, Martín todavía tenía el necesario cuando la llama olímpica cruzó Beijing por primera vez. 

El y algunos compañeros de universidad la siguieron por kilómetros montando sus bicicletas, aunque debieron conformarse con mirarla de lejos.

“Ese día terminamos en Qian Men, uno de mis lugares favoritos en Beijing. ¡Quién iba a pensar que sería la última vez que me sentaría en esa calle!”, Recordó Martín.
Aquel barrio de 400 años de historia al sur de Tiananmen Square, de casas pequeñas con jardines y adivinos que prometían devolver el dinero si sus predicciones no se cumplían, sería cercado a los pocos días con aquellas latas azules que ya estaban por toda la ciudad. 

Sólo serían removidas en vísperas de los Juegos para descubrir una calle con elegantes hoteles, restaurantes, ‘coffee shops’, tiendas de las más finas marcas de ropa del mundo y hasta un pequeño tren chapado a la antigua que poco tiene que ver con la historia del lugar. 
Martín jamás pudo entender cómo aquello hacía parte de los preparativos para los Juegos. 

Tampoco se enteró a tiempo de la tormenta ‘programada’ por la Oficina de Meteorología de Beijing para el primer viernes de la primavera del 2008. 
Su sorpresa no fue poca cuando entró empapado al salón de clases y encontró a sus compañeros, secos y contentos, hablando de la eficacia de los mísiles disparados por los chinos para provocar tamaña tormenta. 

Sólo pudo convencerse de que no era una broma muy bien elaborada cuando leyó en el periódico las noticias sobre las cápsulas de yoduro de plata, utilizadas para agotar las nubes de Beijing y reducir las probabilidades de lluvia durante los Juegos.
“Eso de cambiar el clima es como jugar a Dios”, dijo ofuscado.
Adiós a los partidos de fútbol 

Como buen hispano, Martín no podía vivir sin jugar fútbol por lo menos una vez al mes. El cónsul de Perú en Beijing tampoco, así que cada vez que se podía armaban partidos.
Eso hasta que la cancha fue prohibida para extranjeros. Dijeron que era por los Olímpicos, y al pedir detalles les explicaron que era peligroso por la estación de gasolina que quedaba al lado. 
“Lo curioso es que los chinos sí pueden jugar. Debe ser que los extranjeros somos inflamables…”, aseguró.

Lo único bueno que le trajeron los Olímpicos fue que Yan Lin, su novia china, fue obligada a vestirse como azafata para ir a trabajar, aunque ella no estaba muy contenta al respecto, pero para el Banco de China los Juegos eran prioridad. No era sólo vestirse como azafata, también debía recogerse el pelo en una extraña moña que a ella le parece particularmente horrible.
Pero lo peor estaba por venir. Martín sabía de otros extranjeros que no pudieron renovar su visa en vísperas de los Olímpicos, pero nunca imaginó que él también entraría en la lista. 

Durante años gozó del estatus de estudiante, pero ya se había graduado. Cuando fue a renovar la visa de turista le fue negada sin mayores explicaciones. 
No había que ser adivino para deducir que era otra consecuencia de los Olímpicos. 

Para evitar protestas relacionadas con la independencia del Tibet, Taiwán y Xinjiang, o la supresión del movimiento espiritual Falun Gong, entre otros, la salida más sencilla fue sacar del país a muchos extranjeros y de Beijing a miles de chinos de otras provincias, así no más. 

Martín dejó Beijing días después de que entró a regir la restricción que impide circular la mitad de los carros particulares de la capital china para reducir los niveles de contaminación. 

Dos millones de carros no podrían circular aquel día, incluido el de Yan Lin, así que tuvieron que ir en taxi al aeropuerto. Era la primera vez que ambos iban al famoso T3, el terminal aéreo más grande del mundo, construido para los Juegos. Cientos de extranjeros empezaban a llegar a la ciudad, en sus rostros se veía el asombro, que Martín y Yan Lin tampoco podían disimular. 

La ciudad, normalmente cubierta por una gruesa capa de neblina que no deja ver los edificios de la otra cuadra, tenía un mejor aspecto aquella tarde.
Martín quería decirle a los extranjeros que Beijing no era la que conocerían, que la habían cambiado toda para convencer al mundo de que en China todo es perfecto. 

Guardó silencio, pensando que el destino se encargaría de revelar lo que él callaba. Cuando se despidió de Yan Lin le dijo que volvería. Sentía que todavía le quedaban muchas cosas por vivir en aquel país del que se había enamorado sin darse cuenta, aunque los Olímpicos no sería uno de ellos. 

Fuente: Impre.com

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Adex: “Seguiremos exportando Pisco a Australia” 


Después que la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Chile y Australia permitió el reconocimiento del “pisco chileno”, el presidente del Comité de Pisco de la Asociación de Exportadores (ADEX), Miguel Poblete Brescia, señaló que el Perú seguirá exportando nuestro pisco a ese país, tal y como lo hace desde hace varios años.“Como productores y exportadores de pisco, siempre hemos rechazado la apropiación de nuestra denominación (pisco), que en Chile la usan para nombrar a su aguardiente de uva lo cual nos genera problemas por el nombre, pero, sabemos que esa denominación lograda gracias al TLC que suscribieron con Australia no es exclusivo. 

El Perú seguirá exportando pisco a ese país”, aseveró. Para Poblete, la decisión de Australia de aceptar la denominación pisco pasa por un desconocimiento acerca del verdadero origen de esa bebida que por historia, legalidad y cultura es del Perú y le pertenece a todos los peruanos. “Los australianos han aceptado que el pisco es chileno para que pueda ingresar a su país, lo que demuestra que Australia no estudió la historia y la diferencias culturales que existen entre nuestro pisco y el aguardiente chileno”, indicó. Añadió que definitivamente, para fines comerciales, se trata de una piedra en el camino, pero apuntó que a todas luces es superable porque los miembros de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) han demostrado que el nombre del pisco es nuestro por historia, legalidad y cultura. 

Las cifras
Precisamente, Australia con un 2% de las exportaciones peruanas de pisco, se ubica en el puesto 12 del ranking de los mercados destino de nuestra bebida, al acumular compras por US$ 9 mil 339 durante los primeros seis meses de este año, monto que resultó superior en 212% a los US$ 2 mil 994 de entre enero y junio del 2007. Según cifras del sistema de inteligencia ADEX DATA TRADE, las exportaciones totales de pisco ascendieron en el primer semestre del año a US$ 565 mil 798, 39% más que en ese mismo periodo del año pasado cuando la cifra ascendió a US$ 408 mil 100.Respecto a los principales destinos de nuestra “Bebida de bandera”, el gremio exportador mencionó que EE.UU. se mantiene como el líder indiscutible al concentrar el 30% del total de los envíos (US$ 169 mil 810), seguido de Chile que concentró el 13% (US$ 73 mil 184) y de Colombia con el 11% (US$ 63 mil 058). Se debe señalar que en el caso de EE.UU., registró un crecimiento de 32%, mientras que Chile presentó una caída de -24%. Un punto a resaltar es el crecimiento de las exportaciones de nuestro pisco a destinos como Colombia (84%), Suiza (1194%), Panamá (1069%), España (81% e Italia (8,614%), producto del trabajo de las empresas privadas. 

Los nuevos destinos que se sumaron en el primer semestre del año respecto a ese mismo periodo del año pasado son Tailandia, Emiratos Árabes, Países Bajos, Portugal, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Cuba y Brasil. Finalmente, ADEX informó que las principales empresas exportadoras de pisco al mundo son Viña Ocucaje S.A., Santiago Queirolo S.A.C., Inversiones Alepa S.A., Compañía Destiladora del Perú S.R.L., Viña Tacama S.A. y P.E. Bodega San Antonio S.A., entre otras.

Fuente: Pressperu.com

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De interés

Argentina y Uruguay reabren la eterna polémica sobre el lugar de nacimiento de Gardel Investigadores de ambos países profundizan en la búsqueda de datos

BUENOS AIRES
Peruanos y chilenos se disputan quién inventó el delicioso pisco sour. Bolivianos y peruanos hacen lo propio respecto al origen del charango, un instrumento parecido a la bandurria. A los argentinos y los uruguayos les toca discutir la nacionalidad de Carlos Gardel. Los primeros dicen que nació en Toulouse, Francia. Los segundos juran que vio la luz en el departamento uruguayo de Tacuarembó, y hasta dejaron testimonio de ello mediante una ley, en 1996.
La polémica vuelve a actualizase. Mientras en Buenos Aires, concretamente en el barrio del Abasto, en la casa que Gardel compró en 1927 a su madre, Berta Gardés, se exponen fotos desconocidas de El Zorzal (apodo de Gardel, como El Mudo), en Montevideo, al otro lado del Río de la Plata, la Comisión de Cultura del Congreso Nacional está "examinando" nuevos documentos que pueden avalar la hipótesis uruguaya. Se trata de un estudio realizado por la investigadora argentina Martina Íñiguez, según el cual El Mudo estudió en un colegio del sur de esa ciudad.

La historia de 'El Mudo'
Julián y Osvaldo Barsky, autores de Gardel: la biografía, refutan con numerosa documentación el nacimiento de Gardel en la rural Tacuarembó. No les cabe duda de que El Mudo es hijo de Berta Gardés y Paul Laserre, y que el cantante y su madre llegaron a Buenos Aires el 11 de marzo de 1893. En esto coincide Enrique Ostuni, en La repatriación de Gardel.
En el mercado del puerto, en las ramblas montevideanas, los consultados asegurarán siempre lo contrario. Para los uruguayos, Gardel es hijo del coronel Carlos Escayola, amo y señor de Tacuarembó, y María Lelia Oliva. Escayola se había casado primero con Clara, la mayor de las tres hermanas Oliva, de quien enviudó. Luego se casó con Blanca, pero dejó embarazada a María Lelia, de 14 años, quien sería su tercera y última esposa. Para evitar el escándalo, Escayola, que era masón, escondió a María Lelia en su finca. Y allí nació el niño bastardo que sería Gardel.

La postura uruguaya merecería al menos ser cierta por su empeño y esfuerzo imaginativo. Eduardo Payseé González pasó años de su vida juntando supuestas pruebas. Entre ellas, la constatación de que Berta Gardés estuvo en Montevideo y que el niño francés que llegó a Argentina y que se toma por Gardel murió en rigor en la Primera Guerra Mundial.
María Selva Ortiz es la autora de El silencio de Tacuarembó. Ella, socióloga, nació en ese departamento en 1969, y sobre la base de su propia experiencia reconstruyó la ola de rumores y leyendas que alimentaron a ese pueblo.

La sonrisa de Gardel. Biografía, mito y ficción es el libro de Jorge Rufinelli, un profesor uruguayo de la Universidad de Stanford (EEUU). Rufinelli ha obrado como un verdadero detective y creyó haber encontrado pruebas ocultas e inconfesables del origen del cantante en sus propias películas. Gardel tenía un control muy fuerte sobre las historias que filmaba. Los argumentos se convirtieron en "formas cifradas de su biografía" y el único medio en el que dejó pistas, según Rufinelli.

Pistas en las películas
Para el investigador, la película clave es El dia que me quieras, filmada poco antes de su muerte, en 1935. Gardel encarna a Julio Argüelles, hijo de un poderoso financiero que lleva una vida secreta como cantante popular. Resentido con su padre, que se llama Carlos, igual que Escayola, y no lo ayuda cuando su esposa está enferma, Julio decide robar su caja fuerte. Pero antes, se produce entre ellos un diálogo sugerente: "A veces he pensado que no eres mi hijo", dice Carlos. "Yo también lo he pensado. Adiós", contesta Julio Argüelles, que huirá y cambiará su nombre por el de Julio Quiroga o El Gaucho Misterio. En Nueva York, el cantante recibe un telegrama: su padre ha muerto. "A veces pienso si esto no es una mascarada", medita el personaje. También habla de su madre muerta de joven, lo mismo que Maria Lelia Escayola. Cuando su novia le recuerda que es "hijo de una gran familia", él responde: "No, de una gran fortuna".
Pero ni el imaginativo Rufinelli duda de que Gardel no habría existido sin Buenos Aires y su música. Nadie duda de esto. Lo que llama la atención en la polémica sobre el origen es que muchos argentinos prefieren que haya sido francés antes que uruguayo. Como si Toulouse estuviera más cerca en el corazón que Tacuarembó.

Abel Gilbert

Fuente: Elperiodico.com

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